Un hombre y una mujer

Un hombre y una mujer, de Claude Leluch (1966)


Recuerdo a un profesor que tuve en la universidad. En ese tiempo era de los más jóvenes que teníamos en la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana, y ya tenía unos 40 años, más o menos. Era todo un personaje y había muchas leyendas urbanas acerca de su persona. Yo me mantuve siempre al margen, era muy arrogante y sus puntos de vista acerca de muchos temas, los cuales vertía en las clases cada vez que podía, no coincidían con los que yo tenía en ese entonces. Y digo al margen porque varios compañeros eran sus cuates y la llevaban bien.

No obstante recuerdo que una vez llegó a la clase y nos recomendó esta película. Más o menos dijo:

" Si pueden ver esta película, véanla. Es una chingonería. La música, la fotografía, esa mujer, qué mujer más hermosa, fina, elegante, París, el mustang, la nostalgia, el mar, la lluvia".


Se me quedaron esas palabras y las archivé porque no vi esa película hasta hace unas semanas. Había visto algún trailer y la ubicaba por la música, y recordaba imágenes en blanco y negro, nada más.

Ya que la he visto, reconozco que más de treinta años después de haber escuchado la recomendación que nos hizo ese maestro, coincido con él en sus puntos de vista.

Una historia de amor, sin llegar a empalagar, sin despegar los pies de la tierra.

Una historia de amor desde la frialdad de los franceses, sin muchos diálogos, con una banda sonora indispensable, casi al mínimo. A veces en blanco y negro, a veces en color.

Y quizá es ese rol central que el director le da, no sólo a los dos personajes principales, sino también al ambiente y al coche. Quien sabe si Mike Nichols tuvo de ahí la inspiración para mostrar al protagonista en un auto deportivo deborar distancias para llegar a donde está la mujer que ama en la película de El graduado.

Quizá otro rasgo de la película, por demás interesante es que se cuenta una historia de manera que a veces pareciera un documental, o de autos, o de las relaciones en segundos intentos, etc.







Un comentario aparte es el uso continuo de primeros planos, que hace de la pelicula algo muy cercano. En particular, el director nos acerca mucho a la protagonista, es como si nos pusiera en el papel del hombre que la ama y la podemos ver muy de cerca, sus increíbles ojos, su fina nariz, sus labios, la forma en que fuma un cigarrillo, su pelo. De hecho, en las escenas amorosas, el director no aleja la cámara de ella. Como si fuera el expectador el que está besándola y acariciándola.


Es una película disfrutable, que deja un buen sabor de boca, que invita a vivir y aprovechar del momento presente.


C'est magnifique!!!



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